Por: Padre Antonio Rivero L.C
1. El hombre de hoy ha conquistado el mundo, pero no es capaz de conquistarse a sí mismo, por varias razones, porque no se conoce, no se acepta, no quiere superarse.
Esta CONQUISTA:
a. Es una aventura apasionante y digna de vivirse.
b. Es difícil y larga. Tenernos paciencia
c. Es indispensable para parecernos a Cristo
d. Debe abarcar todos los aspectos: espiritual, intelectual, humano, apostólico. Como legionarios, no podemos excluir nada.
- Conócete:
- Darnos cuenta de cómo somos:
SINCERIDAD. El autoengaño es un daño: no confundir cómo somos con el cómo queremos ser. Dos peligros: el optimismo excesivo, el pesimismo escandaloso y depresivo, que nos corta las alas.
- Conocer lo bueno y lo malo:
- . A través de nuestros exámenes de conciencia
- . A través de la ayuda de nuestras formadoras: confesión, dirección espiritual,correcciones…
- . A través de la reflexión sobre nuestras actividades: estudios, relación con los demás, con nosotros mismos…
- Acéptate:
- Significa querernos tal como somos: físicamente (color de piel, pelo, ojos, rasgosfísicos, temperamento, gustos…).
- No significa conformismo: yo soy así, por tanto… no puedo cambiar
- No querer ser otro, ni como otro. Mi único modelo, Cristo. No tener complejos ni de superioridad, ni de inferioridad.
- La falta de aceptación nos conduce:
. Al desaliento
. A la división interior entre lo que somos y lo que quisiéramos ser sin . A ser soñadores pero sin trabajar con realismo
- Supérate:
- Lo contrario es estancamiento, rutina, podredumbre, falta de juventud
- Desearlo todos los días con todas las fuerzas: querer es poder:
luchar.
“Es preciso saber comenzar, y comenzar muchas veces. Cada día supone un verdadero comienzo en la lucha de toda la vida. En los avances y retrocesos, en las caídas y levantamientos que todas las luchas traen consigo, sólo pueden ser considerados como vencidos los que se dejan arrebatar la bandera y son expa- triados; los que al dolor de la derrota añaden la vergüenza de la cobardía y la entrega perezosa. En el camino de la vida, quien tropieza y cae, pero se levanta y sigue, apenas puede dolerse de su caída. Sólo es vencido por la aspereza del caminar el que, caído, se tumba en los charchos del camino desesperado y sin ánimos ya” (Gaissán Ortega, Valores humanos, Ed. Eros, 6a ed., Vitoria, 1964, Vol I, p. 29,
Planear bien la superación
- Pedir ayuda a Cristo: comunión, visitas, confesión
- Pedir ayuda a nuestros superiores: dirección espiritual, confianza
- Ser constantes en las duras y en las maduras: no cansarnos nunca
- Estar motivados siempre para continuar la superación: Cristo, la Iglesia, las almas,la conquista de una personalidad atrayente…