Al iniciar este escrito le pido a Dios que desborde bendiciones en abundancia a aquellos quienes a través de los años nos han acompañado en este trabajo de evangelización que permite que nuestro Mensaje de Fe llegue a millones de almas.
Dios te dice:
“Aunque no me veas, te cuido.
Aunque no me sientas, te toco.
Aunque no me creas, te amo.
Y aunque a veces lo dudes siempre estoy a tu Lado”.
¿Lo Crees?
Por más fuerte que sean los estruendos en nuestras vidas, nunca perdamos el amor y la esperanza, que nada nos impida escuchar la voz de Dios. Un “Mensaje de Fe”, es aquel rayo que sin esperarlo impregna con amor el abatimiento, ilumina la oscuridad y ahuyenta la desesperanza.
Un “Mensaje de Fe”, aquel que nos entregó Jesús fundamentado en la fe en Cristo, en el saber que el Padre merece fe pero no la mereciera si Él no “creyera”… Jesús tuvo la autoridad para anunciar el reino de Dios como pilar de la fe y al hacerlo, Jesús voluntariamente, entregó su vida.
“La vida no es
Fácil, pero hay un
motor llamado
Corazón, un
seguro llamado FE,
y un conductor llamado Dios”
Esta es la única y verdadera promesa que Dios nos transmite a través de su hijo, para ti, para mí o para aquel que la requiera: como cristianos católicos y cómo seres humanos entregar esperanza no es una opción, es una obligación.
Al entregar este Mensaje de Fe, estamos entregando un poco de nuestra fe, de nuestras convicciones de nuestras ideas. Pero nuestra satisfacción es entender que la esperanza es lo menos que podemos entregar y al mismo tiempo es tan grande que de ello depende nuestra fe.