(Siglo Católico). Terminó el mes de agosto, que la iglesia católica dedicó a las vocaciones. No queremos dejar de recordarles la invitación que desde Siglo Católico hacemos a todos nuestros lectores: a trabajar en su vocación. Es común que relacionemos las vocaciones a los sacerdotes o religiosas, pero en realidad la palabra vocación tiene un significado mucho más amplio que no es ajeno a nosotros.
La vocación se entiende también como un llamado a la vida, a preguntarse qué quiere Dios para cada uno de sus hijos. Por eso la Iglesia Católica siempre ha hecho un llamado constante a la renovación, a generar y consagrar nuevas vocaciones a Dios, además de agradecer por la vida, y que cada uno nos podamos realizar según nuestra vocación.
El diccionario define la palabra vocación como inclinación a un estado, una profesión o una carrera. Además, se entiende como llamamiento. Es decir, nuestra vocación es el llamado que sentimos a dedicarnos al matrimonio, a la vida religiosa, a servir. Incluso, la vocación se relaciona con la carrera que elegimos estudiar y la profesión u oficio que desempeñamos, esa es la misión para la que Dios nos ha llamado.


